lunes, 22 de septiembre de 2025

Día Especial - Quinta de Mahler

Buenos días alumnitos y alumnitas,

Dentro de unos días vamos a ir al Teatro Monumental a escuchar una de las obras más importantes de la historia de la música: la quinta sinfonía de Gustav Mähler. Pero antes de eso, veamos dónde vamos a ir:


Teatro monumental
Este teatro es la sede de la Orquesta de Radio Televisión Española desde 1988. Su estructura y la calidad de sus materiales le confieren una excelente calidad acústica.

Fue una sala cinematográfica con funciones de teatro.



La orquesta

Una orquesta es un conjunto numeroso de músicos que interpretan instrumentos de distintas familias (cuerda, viento-madera, viento-metal y percusión) bajo la dirección de un director. Se colocan de forma semicircular para facilitar la visibilidad del director, el balance sonoro entre las familias de instrumentos y la comunicación entre los músicosLas secciones se ordenan por familias y potencia sonora, con las cuerdas al frente, seguidas de vientos (madera y metal), y finalmente la percusión, para lograr una mejor proyección y equilibrio del sonido. 


Gustav Mähler ¿quién es?

Gustav Mahler nació el 7 de julio de 1860 en una familia judía de clase media. Fue director de orquesta, lo que a su vez le dio tiempo para componer en sus ratos libres en idílicos escenarios montañosos.

Como judío, Mahler estuvo expuesto al antisemitismo, cosa que le acomplejó toda su vida.

Para obtener la dirección de la Ópera de Viena, era necesario ser católico, por lo que Mahler se convirtió. 

Familia Gustav MahlerEn 1902 se casó con Alma Schindler (1879-1964), músico y compositor veinte años menor que él. Tuvieron dos hijas, Maria Anna, (1902-1907) y Anna (1904-1988), apodadas respectivamente “Putzi” y “Gucki”. La muerte de la mayor en 1907, a la edad de cuatro años, fue un gran golpe para Mähler. Ese mismo año, además le diagnosticaron una válvula cardíaca mitral defectuosa, una condición que podría, en esos días previos a los antibióticos, conducir a una infección cardíaca. La infidelidad de Alma y el continuo deterioro de su salud, provocó que muriera en Viena el 18 de mayo de 1911, a la edad de cincuenta años.

Curiosidades

  • - La Superstición del Nueve: 
    Mahler temía a la novena sinfonía, ya que compositores como Beethoven, Schubert y Bruckner habían fallecido tras escribir sus novenas. Para intentar burlar este destino, llamó a su sinfonía número 8 "La Canción de la Tierra" sin numerarla.
  • - Conocido por ser "un músico perseguido por la parca": debido a que la muerte lo obsesionó durante toda su existencia, ya que en la infancia vio morir a nueve hermanos pequeños y tuvo que vivir el fallecimiento de su hija mayor a consecuencia de la difteria tras una larga agonía.
  • - El Compositor Errante: 
    Mahler era conocido por sus largos paseos, donde llevaba partituras para componer y anotar ideas, conectando así con la naturaleza para obtener inspiración.
  • - Director de Orquesta Excepcional: 
    Fue reconocido como un director de orquesta metódico y apasionado que podía transmitir la emoción de la música con gran habilidad.
  • - Popularidad Tardía: 
    A pesar de su éxito como director en Viena, Nueva York y otros lugares, su música como compositor no fue ampliamente apreciada en su tiempo. Su reconocimiento aumentó considerablemente después de la Segunda Guerra Mundial.
  • - Una Sinfonía Inconclusa: 
    Mahler murió antes de completar su Décima Sinfonía, dejando solo un esbozo, lo que alimentó la superstición sobre el número nueve. 

Quinta sinfonía



Los dos primeros movimientos de la sinfonía forman un bloque. El tema principal se centra en la marcha fúnebre precedida de una gran llamada de atención. La visión de la muerte aparece, la disposición instrumental de este movimiento evoca la típica banda que acompaña el cortejo fúnebre: estamos en la época que inventa para la ostentación las llamadas pompas fúnebres.

En el siguiente movimiento se evoca de nuevo el tema de la muerte pero de una forma diferente. De una alternancia de lo dulce y lo tremendo surge una riqueza extraordinaria de matices, agudizando los timbres tanto para sugerir la agonía como ciertas expresiones idílicas, que son como presentimientos de resurrección.




Con el cuarto movimiento entramos en otro mundo más amplio, poderoso, de gran energía. El típico ritmo vienés, el de las calles, lo intercala con la intimidad y el sosiego del lieder. De la música más popular de Mahler deja constancia el Adagietto. Este movimiento es una excepción en la obra sinfónica del compositor pues es sólo para orquesta de cuerda y arpa, y este criterio de la reducción, de la intimidad frente a la aglomeración sentó precedentes en la escuela vienesa. 

En el gigantismo del quinto movimiento (rondó final) hay una continua referencia al comienzo del Adagietto. Este último tiempo para el que Mahler exigía una orquesta de solista se atiene a una estructura muy clásica pero triunfal.